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domingo, 11 de agosto de 2013

Cabo Passaro (Extracto del capítulo II de El Monje de Hierro)



[...] Observando su valor Gaztañeta habló a sus hombres:
—¡Mirad bien! ¡Esos son los hombres de don Miguel de Sada! ¡Esa es la sangre que corre por nuestras venas! ¡Están luchando por nosotros! ¡Están muriendo por nosotros! ¡Y a la menor oportunidad deberemos de corresponderles! ¡Que no se pague el valor con otra determinación diferente a la suya! ¡Que sepan de lo que somos capaces! —la escuadra inglesa ya se acercaba al San Felipe, el Real, mientras el Almirante Byng seguía luchando contra La Sorpresa. Gaztañeta continuó.
—¡Ahí vienen esos perros ingleses dispuestos a mandarnos al fondo del mar! ¡Pues bien! ¡Yo os digo que si es ese nuestro destino lo venderemos caro y antes de besar nosotros las aguas del Mediterráneo, besarán ellos el fuego de nuestros cañones! —enardecidos por la arenga del Capitán General los soldados gritaron presos de la emoción y de los nervios previos al combate. Dos navíos estaban casi encima. Por su calado diríase que tenían idéntica potencia de fuego que la capitana, exceptuando el detalle de que le doblaran en número.
—¡Preparad las andanas! —El primero entró por estribor—. ¡Aguantad a mi orden! —gritó de nuevo Gaztañeta.
Mientras tanto, el buque inglés soltó la primera descarga por la aleta. Las astillas saltaron por los aires y los primeros hombres comenzaron a gritar por sus heridas.
—¡Aguantad aún! —insistió Gaztañeta, esperando tenerlos completamente al costado— ¡Fuego! —gritó por fin.
El Real San Felipe golpeó de lleno al buque inglés que se vio obligado a bracear en facha provocando grandes daños en las velas debido a los golpes de viento por el lado contrario al natural.
En ese instante, el otro buque entraba por barlovento y esta vez la andanada fue mortífera para varios marineros, que saltaron por los aires mientras las astillas de la madera herían a otros tantos. Varias brizas se rompieron y la mesana recibió el impacto de dos balas que la partieron dejándola inútil. Al lado de ésta, Gaztañeta resultó ileso y permaneció inamovible, lo que enardeció a sus hombres al comprobar su firmeza estoica junto al palo alcanzado sin recibir daño alguno.
—¡Esperad de nuevo! —contuvo a sus hombres, aguardando el momento preciso para tener al buque inglés al costado y recibirlo con una selección de disparo mejor que provocara grandes daños.
—¡Fuego ahora! —el Real San Felipe respondió con idéntico resultado al del navío inglés, golpeando de lleno la mesana y rompiendo cabos de labor aparte de segar la vida de varios tripulantes.[...]

Hoy se cumple 295 años de la batalla de Cabo Passaro. Sirva este pasaje basado en hechos verídicos para recordar a nuestros compatriotas, antepasados que se desvivían para hacer realidad los deseos de los políticos de España. Entonces, como ahora, unos mandaban y otros sangraban... 
¡Va por vosotros!

2 comentarios:

  1. Que buenísima pinta Jesus. Quiero un ejemplar firmado en cuanto lo publiques.....
    Nacho.

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    1. Cuenta con ello, Nacho. Un abrazo y gracias por tu comentario.

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