A veces pasan cosas así. En cualquier momento, en cualquier lugar,
alguien piensa. Un día quiso a otra persona. Un día... Ahora ningunea todo lo que pasaron juntos.
No fue nada. Sólo un suspiro en su vida. En tantos años sólo
convivieron ¿Medio, quizá? Eso significa, como el 1 por ciento de su
vida, más o menos. A eso descuenta el tiempo que sólo durmió y el que
trabajó. Entonces el porcentaje se queda en un patético 0,33. Ridículo.
Después, quizá podría quitarle el tiempo de aseo cuando no se duchaban
juntos, el de comer cuando esperaba en el turno partido en el trabajo,
el de excursiones o juergas con otra peña... Cuando discutian... Todo el
tiempo que estuvieron juntos y fueron felices se reduce a un 0,11 por
ciento de su vida, y bajando. Un peso insignificante.
Si sigue
analizando su vida desde un punto de vista matemático llega a la
conclusión de que el porcentaje de tiempo que ha pasado en su vida con
otras personas es mucho mayor del 0,11 que pasó en aquel tiempo con
aquella persona a quien quiso.
Por lo tanto esa es la importancia
que tiene el amor de alguien en su vida... El 0,11 por ciento... No
merece más que un suspiro...
Sin embargo, alguien lleva 10 años
ninguneando aquellos seis meses... El 20℅ de su vida, y no se lo quita
de la cabeza. Aquel maldito 0,11 por ciento que perdió y no volvió.